El fallecimiento de Susana Duijm el mes pasado a la edad de 79 años refleja el lado bueno y el lado oscuro de lo que es actualmente Venezuela. En su calidad de ganadora de la primera corona de Miss Mundo para su país, Susana no sólo logró romper ese techo de cristal que se erguía sobre ella sino que fue la primera de las muchas victorias que cosechó para su querida Venezuela y para toda América Latina.
Hoy por hoy, Venezuela cuenta con 6 coronas de Miss Mundo y una de ellas es el legado de Susana. Ella representó el lado bueno de su país, un país mundialmente conocido por sus bellas reinas de belleza, pero fue su muerte lo que evidenció la oscura realidad en la que se encuentran hundidos. Víctima de un accidente cerebrovascular, los medicamentos y el apoyo médico no pudieron llegar a tiempo haciendo evidente la actual crisis económica y humanitaria en el país sudamericano.
Venezuela es un país hermoso y con gente hermosa pero los chavistas y sus inclinaciones socialistas trajeron caos al país, ahora los productos básicos escasean, su moneda ha perdido drásticamente su valor cambiario hasta llegar a niveles alarmantes, incluso las aerolíneas dejaron de volar por la situación económica. Si la vida de Susana Duijm mostró la belleza de Venezuela, que su muerte revele la oscura actualidad de su nación.